Hacen falta siete tecnologías de reciente implantación para que podamos empezar a ver la verdadera red de redes, el IoT. ¿Cuáles son? Aquí las tienes.
El Internet de las Cosas (IoT) lleva mariposeando durante varios años pero no acaba de aterrizar, al menos en nuestro país. Y es que no es tan sencillo interconectarlo todo; es necesario emplear una serie de tecnologías que hasta ayer no permitían la posibilidad de interconectar cualquier objeto sin tener en cuenta las limitaciones de peso, tamaño, transmisión y energía. Por suerte, la tecnología avanza implacable, y lo que nos parecía imposible en 2010 hoy es el pan nuestro de cada día. ¿Qué tecnologías han permitido la proliferación del IoT en el mundo? Aquí van:
- Bluetooth 4.0: es un viejo compañero de aventuras, pero la versión 4.0 (también llamada Bluetooth Smart Ready) tiene la particularidad de que gasta muy poco. En entornos donde las baterías apenas superan los 120 mAh de capacidad, hay que racionar mucho y bien la electricidad que tenemos. Si nuestro medio de transmisión cercano es muy despilfarrador, apaga y vámonos.
- La llegada de Intel: Intel presentó hace unos meses ya Edison, una pequeña placa con un potente procesador para su tamaño (CPU de doble núcleo), 1 Gb de memoria, 4 Gb para almacenamiento, así como Bluetooth y Wi-Fi de banda dual. Parecida a Raspberry Pi, corre con un núcleo adaptado de Windows 10, añadiendo soporte para C, C++, Python y Node.js/Javascript para desarrollar aplicaciones del Internet de las cosas con sensores conectados.
- Windows: Satya Nadella avisó; la próxima edición de Windows soportaría el IoT. Ya existía Android Wear, pensado para esta clase de dispositivos, todavía muy verde. Windows 10 permitirá potenciar al IoT aportando una plataforma potente, sólida y fiable, cuyo núcleo no es más que el de Windows, ya conocido por una importante comunidad dedesarrolladores.
- NFC: Una tecnología que viene asociada normalmente a pagos y móvil, que también puede ser implementada de forma muy sencilla. Tiene la gran ventaja de que la transmisión es rápida, el gasto energético muy bajo y razonablemente seguro.
- RISC: Significa «Computador con Conjunto de Instrucciones Reducidas» y viene a ser el patito feo de los procesadores… hasta que todos hemos tenido un Smartphone en el bolsillo. Condenados al ostracismo por su baja potencia, han revivido y ahora son capaces de mover vídeo 4K en tiempo real, entre otras proezas. Y manteniendo el consumo mínimo que les caracteriza. Qualcomm, Samsung y Nvidia son tres fabricantes que han innovado mucho y bien con los procesadores RISC.
- Sensores: Relegados casi al anonimato, son los responsables del boom del IoT. Económicos en la mayor parte de los casos, son capaces de regular las luces de una casa, activar el riego de una planta, ejercer de cerradura o de alarma, conocer el punto óptimo de una comida, saber qué productos tienes en la nevera y cuándo caducan, los usos son prácticamente infinitos.
- 5G: Suena todavía lejano, pero más lejano sonaba 2015 hace 5 años y aquí lo tenemos. El 5G consume menos energía que LTE, envía más paquetes de datos y lo mejor de todo: no sufre caídas de velocidad en movimiento. Mantiene constante la velocidad de subida y bajada por muy rápido que te desplaces. Los dispositivos IoT podrán ser manejados en tiempo real, de forma instantánea, gracias al 5G. Se dice que será en el 2020 cuando esta tecnología esté completamente implantada y sea de uso común.
One more thing: Las baterías. Reducidas hasta tamaños irrisorios en la mayor parte de los casos, tienen un gran desafío por delante: aumentar la densidad de energía por kilogramo. Las actuales se mueven entre 100 y 260, pero se sigue trabajando para conseguir aumentar ese número para poder almacenar suficiente energía como para mantener funcionando un dispositivo durante semanas, e incluso meses. O encontrar una forma de almacenamiento eléctrico alternativo. Esto lo veremos muy pronto, por lo que es importante que vayamos familiarizándonos con este internet presente hasta en el aire, que pretende jubilar la forma tradicional de navegar o de entenderlo.
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