El clickbait o «anzuelo» es una forma de redacción de contenidos y titulares de formas muy atractivas, que rozan incluso el sensacionalismo, que se han impuesto en los últimos años de forma casi universal. Pocos medios no utilizan titulares con listas, números o que deliberadamente ocultan información para que el usuario pinche. El problema, como apuntan muchos creadores, es que muchos de esos contenidos no cuentan con «sustancia» y el usuario tiene la sensación de haber pinchado para nada… pero por otro lado, las métricas y los KPIs parecen dar la razón a la utilización del clickbait. ¿Estamos cometiendo un error al titular y escribir de dicha forma? Vamos a pasar a analizarlo.

Clickbait: un anzuelo con poca sustancia y mucho peligro

PewDiePie, uno de los Youtubers más conocidos del mundo millennial, reconocía hace unas semanas en un vídeo en forma de alegato, que hasta él mismo se ha visto obligado a titular sus vídeos de formas «atractivas» tales como «No podrás creer lo que me pasó jugando a este videojuego». Hemos acostumbrado a los usuarios a pinchar en titulares y descripciones amarillistas que no se corresponden con la realidad, generando un monstruo casi imposible de derrotar.

Desgraciadamente, el consumidor está tan acostumbrado, que si volviésemos a la titulación tradicional lo notarían nuestros KPIs

¿Por qué triunfa el clickbait? Es difícil saberlo. El cerebro tiende a ordenar y buscar patrones en todas partes, y sobre todo, que no puede evitar saber qué hay detrás de algo escondido deliberadamente. Gracias a ese secreto, muchos medios como Buzzfeed han fundamentado en dicha técnica su generación de contenidos. A pesar de todo, en muchos de sus artículos hay contenidos de mucha calidad, pero escondidos bajo esta técnica de redacción.

Prácticamente, la totalidad de medios pecamos de utilizar el anzuelo. Desgraciadamente, como decíamos, el consumidor está tan acostumbrado, que si volviésemos a la titulación tradicional lo notarían nuestros KPIs. Y aunque todas las redes sociales dicen luchar contra esta clase de contenidos, lo hacen con la boca pequeña. Páginas como Upsocl y similares tienen millones de likes y millones de personas de alcance orgánico en apenas un clic.

Dicha redacción sensacionalista ha triunfado y marcado las pautas de cómo se deben hacer los contenidos. Y es que la mayor parte de medios de internet hemos emprendido una desesperada carrera por la atención. No sabemos qué hacer para que nos lean, no sabemos qué hacer para aumentar la permanencia media en nuestro sitio.

¿Volver a los orígenes o seguir con las listas de «cosas»?

Lo peor es que hasta los que nos dedicamos a la creación de contenidos también caemos en la trampa. A los medios como Buzzfeed, Upworthy, Cribeo y demás no les importa la calidad, sino las páginas vistas para vender publicidad. Tampoco les importa atribuir o no las creaciones a sus autores, el único objetivo es tráfico, tráfico y tráfico.

¿Seguimos titulando y escribiendo de dicha forma? ¿Ponderamos la calidad a la cantidad? ¿Le damos mayor prioridad a las historias y menos a la pura actualidad?

El clickbait se ha convertido en una lacra, pero ya ha movilizado a bastantes personas contra esta técnica. Cuentas de Twitter como «Saved you a click«, o páginas de Facebook como «StopClickbait» se encargan de destripar el contenido de dichos artículos para que no perdamos el tiempo abriéndolos y viendo una sucesión de GIFs, lugares comunes o listas.

La inevitable pregunta es, ahora que nos damos cuenta del tamaño del monstruo: ¿seguimos titulando y escribiendo de dicha forma? ¿Ponderamos la calidad a la cantidad? ¿Le damos mayor prioridad a las historias y menos a la pura actualidad? Esta es una decisión que tu equipo de redacción de contenidos debe tomar. Si más medios toman la iniciativa de evitar el mero pinchapincha y comienzan a dar prioridad al storytelling, probablemente podamos tocar al monstruo. Pero requiere de voluntad, y en un mundo en el que se valoran más los millones de páginas vistas que los usuarios de calidad, puede que sea una batalla perdida desde el origen.